martes, 3 de noviembre de 2015

"Tengo mis motivos."

Quizás sea cobarde. Quizás es una tontería escribir de nuevo aquí. Llevo miles de sentimientos escritos en un papel, pero al final acabó siendo roto. Tal vez escribir aquí me calme un poco.

Tengo mis motivos para todo. Tengo el porqué de cada acción que hago. Tal vez me comporte como una gilipollas, pero será porque no quiero que nadie de mi alrededor salga herido/a. Quizás me guarde millones de sentimientos y frustraciones que tengo, pero será porque no quiero que nadie sienta pena o se preocupe por mí. Quizás me aleje especialmente de ti, pero tengo un buen motivo para hacerlo. Quizás en algunas ocasiones no me comporte como siempre, pero será porque estoy cansada de fingir. Quizás te mienta sobre mí, pero tendré una buena razón para ello.

¿Qué haces cuando tu mente te está destrozando poco a poco? ¿Y cuando hace que seas otra persona? Sé perfectamente cómo soy, y no soy esta persona de hoy en día. Y sobre todo, ¿qué haces cuando no puedes simplemente querer? ¿Cuando te está costando la vida hacerlo? Puede que no haga mis deberes, mis tareas, que no saque muy buenas notas, pero, ¿has parado a pensar cuál puede ser el verdadero motivo? ¿Has parado a pensar que quizás haya algo más aparte de "vaguerío"?

¿Qué haces cuando sientes que en algún momento te vas a romper del todo? ¿Qué haces cuando cada vez te está costando encontrar la brújula que te guía? Lo sé, seguir delante, pensar en algo para poder seguir al menos viva. Últimamente no paro de tener esta frase en mi mente, "Eres valiente. Eres valiente porque sigues viva". Quizás sea una estupidez, pero al menos, consigue que siga delante, aunque no sea del todo. Al menos es algo y no nada.

Sé perfectamente que últimamente he acabado por alejar a todos, y sé que tengo el porqué; pero una pequeña parte de mí, que cada día se está costando ver, no quiere. No quiere abandonarlo todo. Pero aún así, mi mente sigue jugando conmigo. Sigue jugando con los sentimientos del corazón. Y cuando estás en una situación así, no puedes pensar con claridad qué es lo que realmente está bien para ti. Ni siquiera qué es lo que verdaderamente quieres. Por ello, quizás me alejo de todo y me encierro en mi mundo, para no tener que tomar ninguna decisión. Por ello quizás no pregunto nada a nadie sobre su vida, para no tener que decir estupideces. He acabado por encerrarme en mi pequeño mundo, que poco a poco, me va costando salir de ahí de vez en cuando.

Lo que cuesta realmente, no es darse cuenta de lo que te pasa, sino tener que superarlo. Sin que te ayude nadie. Por eso, para todo lo que hago, tengo mis motivos. Siempre tengo motivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario