Y es que de un día para otro ella cambió.
Todos le miraban con una mirada extraña, como si nadie la conocieran. Ahora era otra chica. Ya no era aquella que te sonreía con toda esa dulzura que tenía. Ya no te abrazaba así sin venir a cuento porque simplemente quería hacerlo. Ya no decía sus típicas tonterías y estupideces que te daban ganas de mandarle a tirarse por la ventana. Ya no sonreía al cabo de un minuto después de un problema. Ya no contestaba en las redes sociales como solía hacerlo. Ya no comía siquiera ni te decía de quedar para dar una vuelta solamente. Ya no le preocupaba perder el contacto con alguien que significaba bastante para ella. Ya no le importaba que sus padres siempre acabaran regañándole por cualquier cosa. Ya no cuidaba sus palabras con la intensa preocupación de si te podían hacer daño. Ya no era ella.
Ahora se pasaba el día durmiendo, cuando anteriormente estaría haciendo miles de cosas. Ahora si te sonríe es por algún comentario sarcástico que ella misma ha hecho. Ahora hace bromas de muy mal gusto que pueden llegar a hacerte daño. Ahora ella no decía de quedar, a ella se lo tenían que decir y ya se vería si saldría o no. Ahora prefiere dormir a comer. Ahora no le presta tanto atención al móvil ni a las redes sociales. Ahora sudaba bastante de la gente. Ahora era demasiado directa que incluso te hacía daño por no tener precaución. Ahora no pensaba las cosas antes de hacerlas, simplemente, las hacía.
¿Que si ello significaba que un tío le entrase y quisiese follar? Si a ella le gustaba, se dejaba hacer. Ahora cualquiera que está detrás de ella, acaba destrozado/a por su corazón frío. Ahora ella jugaba, pero eso sí, avisaba con antelación de que lo iba a hacer.
¿Y por qué hacía todo eso? Porque su corazón acabó tan destrozado que quiso enfriarlo para siempre.
Corriente como otro cualquier humano. Con sus defectos y virtudes. Cometo errores como todos. Tw: @nightmare_13B Instagram: zeta13b
viernes, 15 de julio de 2016
sábado, 9 de julio de 2016
"El pozo de pared lisa."
Y ella volvió a caer. Volvió al sufrimiento. Quizás nunca salió de aquella depresión constante. Pero ahora, está más hundida que nunca. Su corazón late durante las 24h fuerte. Sus lágrimas invaden sus ojos cada rato. Incluso volvió a los cortes. Sí, ella se cortaba, pero pudo dejarlo. O eso pensaba ella mientras se miraba los cortes llenos de sangre.
¿Por qué? era la pregunta que invadía su mente. Ya no podía dormir bien debido a que su corazón latía demasiado fuerte. Ha perdido el apetito y puede pasar incluso un día entero sin comer. Sus respuestas siempre serán No tengo hambre.
Intentaba distraerse con otras cosas, simplemente para no caer en la tentación de autolesionarse. Sin embargo, cuatro o cinco cortes habían caído ya.
Es tonta.
Después de hacérselas, cae en cuenta que pronto irá a la piscina, y todo el mundo se las verán. No sólo eso, tendrá que ocultar toda su mente destructiva.
¿Algún día estaré bien? era otra pregunta retórica que rondaba por su cabeza. Su mente era demasiado problemática. De una forma u otra, siempre pensaba que no importaba a nadie, que no aportaba nada bueno en esa vida, incluso llegó a pensar en el suicido.
Para ella, los días pasaban y pasaban, sin hacer ningún progreso, autodestruyéndose cada vez más. ¡Que alguien me ayude, por favor! gritaba en silencio. Pero ella no veía ninguna mano que la rescatase. Ella notaba que se caía más y más en la oscuridad, y cada vez veía la luz más lejos.
Sentía que jamás podría subir ese pozo, que nunca se podría sujetar a nada porque la pared era lisa. Ella caía y caía, y ahora lo único que esperaba era el golpe final de la caída, el último suspiro, el último grito de dolor, para así poder desvanecerse para siempre y dejar de dar y recibir dolor. Sin embargo, ella aún tenía una pizca de esperanza que alguien alargara su brazo y la sujetara para evitar que se cayera más, sigue esperando a ese brazo para que la salve.
¡Que alguien me salve, por favor!
¿Por qué? era la pregunta que invadía su mente. Ya no podía dormir bien debido a que su corazón latía demasiado fuerte. Ha perdido el apetito y puede pasar incluso un día entero sin comer. Sus respuestas siempre serán No tengo hambre.
Intentaba distraerse con otras cosas, simplemente para no caer en la tentación de autolesionarse. Sin embargo, cuatro o cinco cortes habían caído ya.
Es tonta.
Después de hacérselas, cae en cuenta que pronto irá a la piscina, y todo el mundo se las verán. No sólo eso, tendrá que ocultar toda su mente destructiva.
¿Algún día estaré bien? era otra pregunta retórica que rondaba por su cabeza. Su mente era demasiado problemática. De una forma u otra, siempre pensaba que no importaba a nadie, que no aportaba nada bueno en esa vida, incluso llegó a pensar en el suicido.
Para ella, los días pasaban y pasaban, sin hacer ningún progreso, autodestruyéndose cada vez más. ¡Que alguien me ayude, por favor! gritaba en silencio. Pero ella no veía ninguna mano que la rescatase. Ella notaba que se caía más y más en la oscuridad, y cada vez veía la luz más lejos.
Sentía que jamás podría subir ese pozo, que nunca se podría sujetar a nada porque la pared era lisa. Ella caía y caía, y ahora lo único que esperaba era el golpe final de la caída, el último suspiro, el último grito de dolor, para así poder desvanecerse para siempre y dejar de dar y recibir dolor. Sin embargo, ella aún tenía una pizca de esperanza que alguien alargara su brazo y la sujetara para evitar que se cayera más, sigue esperando a ese brazo para que la salve.
¡Que alguien me salve, por favor!
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)